Mzia nació en Racha, Georgia, en 1956. Llegó a Barcelona el año 2018 y desde entonces vive con su hijo en unos antiguos containers que servían de casetas del desaparecido campo de futbol de La Magória en Sants. Sin agua y sin luz, ha adecentado el espacio lo mejor posible. El plan «Endreça» del alcalde socialista Collboni incluye la eliminación de todas las viviendas de fortuna en la ciudad aunque sea sin ningún tipo de alternativa habitacional.
31 d’oct. 2024
30 d’oct. 2024
Intimidades desahuciadas (10) La vecina del refugio
Isi Saez lleva diez años viviendo junto a su compañero en un piso de 1945 de la calle Tapioles del Poble Sec. No tiene ascensor, las paredes son de papel y los cerramientos son originales. El edificio está catalogado ya que cuenta con un refugio en el sótano. Un día llamaron a su puerta para comunicarles que un fondo inversor había comprado todo el bloque, que se harían obras para poner un ascensor y que cuando se les acabase el contrato no renovarían a los vecinos. Les ofrecieron comprar los pisos por un precio que no pueden pagar: 320.000€. Han decidido unirse junto a otros bloques de pisos comprados por los mismos fondos especuladores, es este caso Second House, vinculado con Renta Corporación cuyo principal accionista es Luis Hernández de Cabanyes.
29 d’oct. 2024
Intimidades desahuciadas (9) La Blanca del Carrer dels Boters.
Blanca tiene 80 años y cuando entró de novia en su casa de la calle Dels Boters 5 en 1969, hizo bendecir el piso. Sin que le fuese comunicado el piso lo compró una abogada que lo quería dedicar a alquiler vacacional como inversión. Aprovechándose de la edad avanzada de Blanca y el impago de una factura de 88€, la nueva propietaria Susana Martínez Callejón, consiguió tras 7 intentos de desahucio, que Blanca acabara en una pensión fuera de su casa y barrio de toda la vida.
28 d’oct. 2024
Intimidades desahuciadas (8) El pelo de Yolanda.
Yolanda tiene 30 años y dos hijos de 9 y 5 años. Hace siete años que vive en un quinto piso sin ascensor de la calle Rasos de Peguera de Ciutat Meridiana, propiedad de la Sareb que forma parte del programa «reallotgem» de la Agència de l’Habitatge de Catalunya. Intenta que le concedan el piso, pero le dicen que tiene que pasar por una lista de espera que dura dos años. Después de cuatro intentos de desahucio, empieza a perder el pelo.
27 d’oct. 2024
Intimidades desahuciadas (7) El hotel de Jordi.
Jordi Papell vive en un piso de Via Laietana número 42. Es el hotel Ilunion Almirante. Pero Jordi no es un turista, lleva 66 años viviendo allí. Vio como los propietarios de los bajos iban echando a todos los inquilinos y comprando los pisos para convertir el edificio en un hotel. Pero decidió quedarse. Ahora para entrar y salir de su casa se codea con maletas, le dejan el correo en recepción y su piso ocupa un total de 6 habitaciones de hotel. La propiedad sigue esperando algún resquicio para poder echarlo.
26 d’oct. 2024
Intimidades desahuciadas (6) La vida de Victoria.
Victoria Sunday y su hijo Abraham alquilaron el piso de la calle Perafita 65 en 2018 con un alquiler de 355€ al més. Durante la pandemia Victoria perdió su trabajo de limpiadora de habitaciones de hotel y no pudo seguir pagando. En 2021 le llegó la demanda de desahucio. Ha intentado negociar la deuda sin éxito con la propiedad Budmac Investiments, empresa que se dedica a la adquisición y promoción de pisos.
25 d’oct. 2024
Intimidades desahuciadas (5) La grieta de Lluïsa.
La Lluïsa es de Sant Andreu de toda la vida y vive con su madre en el primer piso de una casa antigua de la calle Otger donde la familia reside desde hace cinco generaciones. Emilia, su madre de 90, años nació allí. La propiedad, Gabriel Ribó, de Sant Andreu de toda la vida y primo hermano de los propietarios de Finques Campanyà, tienen cerrado y en estado de abandono el resto del edificio. Al reclamar Lluïsa la reparación de una grieta por las obras de un edificio vecino la propiedad advirtió del mal estado de la finca para justificar que se pueda demoler y construir una nueva promoción de pisos.
24 d’oct. 2024
Intimidades desahuciadas (4) El exilio de Sergio.
La familia de Sergio (Barcelona 1977) vivía en el Barrio del Raval desde hacia 90 años. Los últimos años Sergio y su madre Enriqueta vivían juntos, ella enfermó y él la cuidó hasta su muerte. Al quedarse solo enfermó y no se dio cuenta de que la propiedad ya no cobraba el alquiler de la cuenta de su madre durante varios meses. Intentó negociar los impagos, pero la propiedad aprovecho para pedir su desahucio. Lo echaron de la casa familiar y ahora está en casa de una hermana. Quiere volver a su barrio de toda la vida.
23 d’oct. 2024
Intimidades desahuciadas (3) La casa de Marina
22 d’oct. 2024
Intimidades desahuciadas (2) La familia de Cecilia.
El año 2014, Cecilia y su compañero Carlos junto con su hija mayor, alquilaron una habitación en la avenida Rasos de Peguera de Ciutat Meridiana. Cecilia trabaja de limpiadora y Carlos sacaba algo haciendo tatuajes. El subarrendador, que se quedaba el dinero y no pagaba el alquiler, desapareció a mediados de 2017 cuando ya tenían tres hijos. Al cabo de poco tiempo les llegó la demanda de expulsión que finalmente se llevó a cabo en 2023. Sin ayuda social y ninguna solución habitacional posible, la familia acabó en una pensión en otro barrio que el de la escolarización de los hijos, subcontratada por el ayuntamiento ya que este no ofrece ninguna solución habitacional.
Intimidades desahuciadas (1) La hipoteca de Juanjo.
Entrar en hogares, fotografiar los objetos personales, hacer un retrato. Intimidades. Pero no cualquier intimidad. Es la de años de sufrimiento, la destrucción de las personas a través de su más preciado bien: su hogar. La ciudad que acoge la Copa de América de Vela 2024, maltrata a sus habitantes y trabajadores. Los expulsa de sus barrios, los deja sin su casa, no importa la edad ni la condición: el modelo neoliberal prioriza el dinero y los beneficios para los que más tienen y anula el repartimiento de la riqueza y los derechos humanos, el derecho a una vivienda digna. Así el lugar de vida, el hogar, se convierte en un NO HOGAR pendiente de la expulsión. Mientras desaparecemos en las pantallas digitales que determinan nuestras experiencias y nos protegen de la realidad, nos encaminamos hacia un mundo sin cosas, sin cuerpos, sin hogares, sin derechos, banalizado, manipulado y controlado por las redes y medios de comunicación. Así los compradores, inversores, propietarios, utilizan decenas de formas de engaños de mobbing inmobiliario con triquiñuelas legales que utilizan los abogados y los jueces para expulsar de los hogares a sus habitantes. Y es que no es nada personal, solo son negocios.
Juanjo (Barcelona 1967) lleva 24 años en su piso del 132 de la calle Rasos de Peguera. Lo compró con su exmujer el año 2000 con una hipoteca inicial de 600€ al mes. Antes que él otras dos familias habían comprado ya el piso desde los años 70. El año 2013 después de divorciarse no pudo asumir la hipoteca de 1300€ de BBVA y pidió la dación en pago y un alquiler. El contrato de alquiler se acabó en 2020 y al día siguiente le llegó la carta para que abandonara el piso. Sigue luchando desde entonces para conseguir un alquiler social en su apartamento y ya ha sufrido tres intentos de desahucio por parte de Cerverus, actual propietario, un fondo buitre.